Umbral

Hace cuatro años que murió Umbral y en su periódico de los últimos años siguen añorándole. No es de extrañar visto lo sucedido con su lugar en el templo. Recuerdo la lucha por la sucesión. Cuando Pedrojota estiró un par de meses el negocio haciendo escribir a casi todos los seres mundanos. Ponerle nuevo nombre y nuevo autor a esa misma columna era una condena que no podía salir bien. Entiendo que Ramírez eligió el mal menor y en eso ha tenido suerte. Porque Raúl del Pozo, pese al señuelo, ha tenido a bien no competir nunca con su predecesor. Pero ese espacio ha dejado de ser punto de encuetro. Creo que otros periódicos han dirigido mejor el relevo de los grandes cuando no han hecho tanto estruendo para sustituirlos. El País, por ejemplo, perdió a Joaquín Vidal o a Haro Tecglen y pusieron a unos algo más jóvenes con su estilo propio que con el tiempo han ido creciendo. Que para leer a Vidal o Haro están los recuerdos. Porque lo que se fue con la muerte que se sepa nunca ha vuelto.
Es curiosa la visión que dan los jóvenes que se dicen seguidores de Umbral en su periódico. Admiran derretidos su dominio del estilo, su pasión por la escritura o su personalidad potente. Pero a juzgar por mi biblioteca plagada de Umbrales se olvidan de la médula del personaje, de la sustancia que le daba vida, de su izquierdismo radical, de su comunismo perpetuo. Porque Umbral era eso: comunista sin miedo. Entiendo que la aceptación de Umbral como columnista de un periódico que leen muchos conservadores precisó de una labor de acicalamiento. Aznar decía ser bueno en esto. Al Umbral vibrante irreverente y desinhibido crítico de las miserias burguesas quisieron ponerle corsés para que dirigiera el fuego hacia el añejo socialismo de los sentimientos. Había que ganar un Cervantes y así lo hicieron. Pero lo de estos chicos de ahora es que no lo entiendo. ¿A quién coño dicen estar leyendo? Umbral era un ser ideológico de la cabeza a los pies. Y se decía izquierdista y comunista, todo a un tiempo. Y si es cierto que los chicos leen a Umbral ¿qué pasa? ¿que les dan miedo los muertos? Les oigo escribir y me parece que Pocholo y Borjamari han vuelto.

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Los días están siendo estupendos. Y en las noches, locuras sin tiento. Son noches tan tranquilas y azuladas en las que, si te fijas bien, se puede ver el futuro en la cara oculta de la luna o en la piel erizada del mar.

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El VERBO y el verso: «Ofendo como ofenden los cipreses. Soy el desanimador». (Félix Grande)

40 comentarios en “Umbral

  1. Nos hemos dejado robar España. Hemos identificado España como un concepto reaccionario, y no, eso no es España. España es ese gran pueblo querido, la mayoría comunista, todos revolucionarios

  2. Vaya un personaje Umbral.
    Mi suegro fue su amigo en los años universitarios en Valladolid y hasta su fallecimiento;tiene anécdotas muy divertidas sobre él que está feo que yo cuente; no es correcto hablar en boca de otros.Todo un personaje.
    Gustaría haberlo conocido.

  3. Hoy, en periódico local, el catedrático de Psiquiatría de Oviedo afirma trabajar más que diez compañeros suyos juntos. El papel es que lo aguanto todo.

    Julio Bobes, jefe de psiquiatría del área de Oviedo:

    «Voy a hablar de mi caso. Llevó más de veinte años de dedicación parcial y, si comparamos rendimientos, el mío es diez veces mayor que la media, y en esa media incluyo como es lógico a todos mis colegas que sí tienen dedicación exclusiva. Es mi caso, repito, pero podría nombrar a muchísimos otros profesionales en la misma situación. La obligatoriedad de la dedicación exclusiva para los médicos que ingresaron en la sanidad pública a partir de 2003 es un criterio mal gestionado que frena a muchos y no motiva a otros. Es un problema crónico de Asturias que espero que ahora se desmonte. Estamos ante una injusticia de tamaño tan descomunal que desmotiva al más pintado».

  4. Al anónimo de las 6:47 pm:
    Creo que el verso que coloca Sarapo:
    «Ofendo como ofenden los cipreses. Soy el desanimador” tiene algo que ver con lo que dice en el periódico de hoy el psiquiatra que usted cita.
    Ni que decir tiene que Sarapo rinde mucho, lo que rinde el catedrático no lo sé. Seguidores de este blog los hay que compartieron centro de salud con él. Yo lo conocí como profesor, uno más sin más.

    El periódico de referencia en esta comunidad autónoma, con nombre que recuerda a tiempos falangistas, perdió ayer mi euro diario con ese titular: «Médico comprometido, médico golfista» (si quieren leer la noticia (por decir algo) completa firmada por un tal Pablo Álvarez pongan el titular en google).
    Se ve que dentro y fuera del gremio lo que mola es llamar a los médicos golfos y a los profesores vagos.

  5. Esto del pluriempleo de los médicos está siendo patético.
    Ahora resulta que por trabajar lo que hay que trabajar por las mañanas algunos creen que se merecen una estatua, y por pluriemplearse por las tardes, a veces gracias a las listas de espera de la pública, hay que darles las gracias. Ay, Sarapo, y luego quiere que me retrate. Que no puedo soltarme, hombre.

  6. Yo iba a escribir una carta al director diciendo que no juego al golf y que por las tardes cuando acabo de hacer horas extras a veces hasta estudio unas horas para aprender. Pero no merece la pena.
    Tambien, como sabe Abaparda, hay medicos que se jactan de ir a trabajar en cuerpo y no en espíritu y la empresa les trata muy bien, mejor que al que curra y al que va a servir y no a servirse q diria García……casi como este que rinde por 10.
    Y así todo, que diría Umbral.

  7. A mí este que rinde por 10 que no me llame colega, porque no lo soy.
    Cuando salgo de trabajar hago lo que me sale de las narices. Faltaría más.
    Y cuando trabajo paso muchas recetas, y muy caras, de privados.
    Vale más hablar de cualquier otra cosa.

  8. El señor JB, el que trabaja diez veces más que la media, ofrece un interesante perfil para la psicodinamia. Me juego la barba a que, cuando está solo, se siente más inferior que la señora de la limpieza.

  9. Ahora entiendo el comentario de Toral un día de estos.
    El Bobes este se prodiga mucho. Va para princesa del pueblo.

    Voy a leer la noticia esa de los médicos golfistas.

  10. Leída. Toral, se enfada usted con el periodista y debería hacerlo con algunos de sus colegas. Esa frase es del gremio, se lo aseguro.

    Yo es que soy un gran defensor de la compatibilidad, desde que una vez acompañé a mi suegro a la consulta privada de un cardiólogo (“Pásate, a ver si te puedo hacer un hueco en la lista de espera”). 25.000 pts por cinco minutos de charla, que no consulta médica. No exagero ni un minuto, ni una peseta.

  11. En la trastienda, en las conversaciones informales, surgía con profusión una motivación adicional y mucho más prosaica: cortar de raíz los presuntos «chanchullos» de los médicos que trabajan en la pública y tienen a la vez consulta privada. Los críticos con la nueva normativa argüían que para lograr este objetivo se podía dar libertad a los médicos y establecer un riguroso sistema de inspección.

    Riguroso sistema de inspección, pero qué cachondos son.

  12. ma: ése que tú comentas es uno de los argumentos de los proprivada. Si hubiese libertad de elección habría más gente con privada y bajarían los precios.
    Como recordarán, así empezamos con el suelo y miren hasta donde llegamos en el precio.
    A otro perro con esos huesos, jetas.

  13. Creo que me expliqué mal. El eminente cardiólogo lo era de la pública. Lo que propuso fue un chanchullo. Tú pasa por mi consulta y veremos cómo lo arreglamos. Por cierto, no arregló nada. Casi me daban ganas de reírme de mi suegro, si no fuera que al final ese corazón lo mandó al otro barrio.

  14. «Pero a juzgar por mi biblioteca plagada de Umbrales se olvidan de la médula del personaje, de la sustancia que le daba vida, de su izquierdismo radical, de su comunismo perpetuo.»

    Jambrina, por favor, Umbral era simplemente un amanuense eficaz, una prosa sonajero. A pocos columnistas les he leído tantas barbaridades apretadas en tan pocas líneas. El chico vallisoletano cuadraba en «El Mundo» por un comunismo deleznable y un socialismo imposible y cañí. Un empanao.

    Los chicos duros admiramos al duro de la clase. Y mejor escritor. El mejor:

  15. Asomatognosia:
    Del griego a-, privación, soma, cuerpo, y gnosis, conocimiento.
    Pérdida de la conciencia de una parte o de la totalidad del cuerpo.

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