Rojo

La chica de la foto de la portada de este blog es la actriz Irene Jacob, nacida en Suresnes en 1966. La foto está extraída de la película ROJO, rodada en 1994 y dirigida por el polaco Kieslowski. ROJO era la tercera parte de la trilogía que el director polaco dedicó a la bandera francesa. AZUL, protagonizada por Juliette Binoche y portada del anterior blog, representaba la Libertad y fue la primera parte. ROJO representa la Fraternidad, la necesidad del otro en nuestras vidas. ROJO es una de mis películas favoritas. Irene Jacob hace de modelo publicitaria que conoce casualmente a un juez jubilado al que da vida Jean Louis Trintignant.

El personaje del juez, un tipo agrio, malencarado y con escaso interés por la vida me parece uno de los tipos más fascinantes que ha ofrecido el cine. A la altura de uno de esos vaqueros que tanto le gustan a Fernando Terreiro o de los boxeadores irlandeses que le ponen a Bernal aunque él diga que se queda con Maureen O,hara.

El juez de Kieslowski, al repasar su vida, se hace tres preguntas. Tres preguntas densas, decantadas y seminales. ¿Es posible llegar a conocer lo que llamamos “La verdad”? ¿Es posible querer a alguien sin que medien intereses de ningún otro tipo? Y finalmente, revisando su carrera, se interroga sobre la posibilidad de intervenir en la vida de los demás sin causarles daño. Todas estas preguntas me conciernen sobremanera. Mas o menos tanto como me interesó la relación entre Irene Jacob y El Juez. Dos personas en problemas que gracias a la comunicación más humana, a los palabras, son capaces de encontrar nuevos alicientes en sus vidas. El mensaje de KIeslowski es  claro: hay que volver al diálogo, a las conversaciones cara a cara, a la preocupación por los demás, a la confidencia que permite mostrarnos como realmente somos ante los demás. Porque solo apoyándonos en los otros podemos salir adelante. Camusianamente.

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Lo contó el amigo IS. Sucedió en Salamanca, en tarde de toros. IS. hace de médico de toreros de vez en cuando. Y aquel día se ve que le dieron un puntazo a Pepín Liria que pasó a la enfermería. Al poco de hacer la cura, a IS. lo freían los periodistas a preguntas. Contó con calma y detalles el buen pronóstico de lo de Liria. Y se le ocurrió comentar que menos mal que aquella tarde no había venido con otro de los diestros el banderillero Z. que era un suicida poniendo garapullos. Y en eso, uno de los periodistas le coge de la manga de la chaqueta y le dice “A ver, a ver, ¿cómo es que no vino Z.?”. Y nuestro IS. le contesta pues que se retrasó y perdió un vuelo y se acabó, que no sabe qué interés puede tener eso estando Liria sangrando. Y el plumilla, que se ve que andaba pluriempleado,  le contesta lívido: “Coño, es que ya mandé la crónica y puse que  Z. había estado fenomenal”.

14 comentarios en “Rojo

  1. Rojo es sin duda la mejor de la trilogía, que no se puede ni comparar con el decálogo sobre los diez mandamientos del mismo director. Pero que pedante soy!!!

    Como me dijo un amigo: Pero ¿Tú sabías que existía el tal códice calixtino? Pues entonces, tío, pues entonces…

  2. A mi «Rojo» también me pareció la mejor de la trilogía. Era muy joven y me fascinó. Quizás la vuelva a ver de nuevo. Nunca Irene Jacob ha vuelto a brillar tanto como en esa película.

  3. Recuerdo haber visto Azul … Y me planté. Eso sí, fui de Lui y poco de Playboy. La pechuga de pava americana es cosa de asturianos del tipo MA…

    A las tres preguntas del galán del cine francés no me atrevo a responder tajante. 
    Lo que conocemos como «La verdad», por grande, no me cabe en la cabeza: paso palabra. 
    La siguiente es sí, salvo que un hijo lleve intereses colgando de no sé muy bien dónde.
    A la tercera un no, antes o después. 

    Para seminal: ¿Tenemos que cambiar de nick? El mío es ya nombre de pila; tengo más, pero con escaso caché. 

  4. ¡Qué susto! Pensaba que lo que había dicho Chema sobre la minifoto que acompaña a los comentarios actuales de El Bloguero Anteriormente Conocido Como Sarapo (al estilo de Prince) era verdad. Me alegro.
    Ch, intoxicador.
    Estén todos tranquilos que Cascos va a arreglanos todo, todito, todo. Hasta va a ponenos un sol como un campanu.

  5. Juanjo, tengo insomnio. Me he despertado a las seis y no me duermo.
    No entiendo bien que dijeras que cerrabas el blog e inmediatamente abras otro. Lo lógico hubiera sido decir: “Nos mudamos a WordPress. No sé cuando abriré el nuevo, pero de momento cierro este. “
    En todo caso, aprovechando la desaparición de “Tierralibertad” voy a desaparecer yo también de nuevo. Recuerdas que recomencé escribiendo en inglés para no gastar demasiado tiempo. Al final el esfuerzo que me exigía el inglés me llevó de nuevo al español. Y ahora vuelvo a gastar demasiado tiempo en esto.
    Creo que los comentarios en este blog funcionan como si fuera un bar, un lugar de encuentro. Vas por allí para sentirte acompañado, para decir algo y que los demás te digan algo. En mi vanidad, cualquier comentario mío que produzca una respuesta me produce cierta felicidad. Sea la respuesta que sea. Se trata de tirar la piedra a un lago y ver la cantidad de ondas que hace. Si la piedra no hace ondas no tiene gracia.
    Dalí decía: “Que hablen de uno, aunque sea bien”. Yo, como la gran mayoría, prefiero que hablen bien pero soy consciente que cualquier respuesta me vale. El caso es ser reconocido, “ser alguien”, aparecer, SER. Si hablan de loiayirga soy feliz. Y si nadie habla tengo que escribir yo para aparecer de nuevo. En fin, es triste la felicidad del vanidoso. Al final esto se convierte en una droga de la que me siento esclavo. Y voy a desintoxicarme.
    Por cierto. Tampoco me gusta el nuevo “título”. Es algo así como “presuntos implicados”, “sospechosos habituales”, pretende ser literario pero suena a algo ya conocido. Disculpe mi sequedad en la crítica pero una despedida siempre es un poco amarga. Solo se me ocurre un título más absurdo: Patatitas pochas.
    No digo que no vuelva aquí alguna vez para hacer propaganda de mi blog. Si a usted le sobran lectores a mí me faltan.
    Lo dicho: TierraLibertad será siempre un trocito de mi vida en Internet. Gracias.
    También gracias porque con usted descubrí a Arcadi Espada. La entrada de ayer del masaje era muy divertida. Supongo que la leyó.
    Bye, seguiré leyéndole.

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